La implementación de la firma electrónica está transformando los procesos legales y comerciales en Panamá, marcando un cambio significativo en la forma en que las empresas y profesionales enfrentan los retos del entorno jurídico y empresarial.Recientemente, asistimos a la sesión de la Comisión de Derecho y Prácticas Mercantiles de ICC Panamá, donde se analizaron los avances, usos y retos de la firma electrónica, con un enfoque especial en su integración en el nuevo Código Procesal Civil. El panel, compuesto por los abogados David Sucre, Juan Pablo Benavides y Fernando Aued, profundizó en cómo esta herramienta está moldeando los procesos legales y comerciales en el país. Como asistente, nuestro abogado Alejandro Abood tuvo la oportunidad de presenciar estas valiosas discusiones y reflexionar sobre las implicaciones prácticas para los negocios en Panamá.Aquí, los puntos más destacados de la conferencia que son de interés para empresas e individuos:
Adopción limitada pero con un futuro prometedor:
Aunque Panamá cuenta con una Ley de Documentos Electrónicos y Firma Electrónica desde 2008, su adopción ha sido lenta. Actualmente, el Registro Público es el único proveedor oficial de servicios de firma electrónica calificada, aunque durante el evento se presentaron iniciativas privadas que buscan ampliar las opciones disponibles en el mercado.
Avances tecnológicos en desarrollo:
Aunque no se discutió en el evento, es importante mencionar los planes del Tribunal Electoral, que incluyen un wallet digital asociado a la nueva cédula digital y su sistema biométrico. Esta plataforma no solo servirá para la identificación, sino que también permitirá realizar firmas electrónicas de manera más accesible y segura, ampliando significativamente las posibilidades de adopción.
Beneficios en los procesos judiciales:
Se destacó que la firma electrónica facilita la autenticación de documentos y permite agilizar procesos judiciales. Sin embargo, persisten retos normativos y tecnológicos, especialmente en la valoración de pruebas digitales cuando las contrapartes las disputan.
Reflexiones finales:
La implementación de la firma electrónica no solo tiene el potencial de agilizar y modernizar los procesos legales y comerciales, sino que también promueve la reducción del uso de papel, contribuyendo a la sostenibilidad. Sin embargo, para que su adopción sea efectiva, será necesario superar barreras regulatorias, culturales y de infraestructura.
Desde nuestra firma, entendemos que estas innovaciones representan una oportunidad estratégica para las empresas que buscan optimizar sus operaciones y adaptarse a un entorno cada vez más digital.
¿Cómo visualiza usted el futuro de la firma electrónica en Panamá? Nos interesa conocer su opinión.
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